
“No te han querido ‘bien sabroso’” le dije en broma hace poco a un amigo mío. Y en realidad estoy convencida que es así. Creo firmemente que, aunque a hombres y mujeres nos hace bien una buena pareja, en el varón la cosa se pone digamos que “de mayor necesidad”.
En varias ocasiones me he sorprendido ante las decisiones tomadas por amigos que no cuentan con una mujer. Pareciera que el sentido común, por cierto, el menos común de los sentidos, simplemente los abandonara. No quiero sonar particularmente feminista, pero creo que quizá por esa conexión con la figura materna siempre parecieran necesitar de una mano femenina…para todo. Nosotras nos las arreglamos solas bastante bien…pero ellos como que no.
En algún tiempo pensé que solo les pasaba a los hombres mexicanos, me jacto de conocerlos bien, pero, he descubierto que todos padecen del mismo mal…en realidad del mismo bien: una buena mujer que de verdad los quiera y los impulse a crecer en todos los planos de su vida. Eso de que “detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer” tiene mucho de razón. Y efectivamente se trata de estar atrás.
He tenido la suerte de conocer a hombres con mucho, muchísimo talento. Escritores, periodistas, cineastas, empresarios, doctores, abogados, artistas y honestamente su éxito radica en la pareja que supieron escoger. Generalmente estas mujeres han dedicado su tiempo y esfuerzo en hacer crecer a su pareja.
-“Yo no sería nadie sin ella”, -“Es mi inspiración”, -“Mi mejor crítica”, -“Mi mano derecha”, -“Tiene toda mi confianza”, -“Ella me maneja la agenda”, -“Me quiere”.
Mi espíritu reporteril me ha llevado a preguntarles sobre ese segundo “yo” a caballeros talentosísimos. Siempre me ha dado curiosidad en quien recae su genialidad y por lo general tiene nombre de mujer.
Recuerdo particularmente la anécdota que me contó Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito” en referencia a su mujer, Florinda Meza.
“Imagínate como ha podido quererme que renunció a la maternidad. Es la magia detrás de lo que escribo”.
Yo era una jovencita cuando lo entrevisté y sus palabras me han acompañado a lo largo de mi vida. Me gusta pensar en aquel que reconoce y valora el amor de su mujer.
Pero no todos tienen la buena fortuna de que una mujer los quiera “bien”. He conocido a hombres brillantes que no hacen mucho más porque les ha faltado quien los ame de verdad. A muchas, les es más fácil recibir o simplemente eso de buscar el éxito ajeno no se les da, o simplemente algunos señores tampoco lo merecen.
La cosa y el caso es que, si tienes la dicha de que una mujer te ame y te impulse, APRENDE. Si no la tienes, BUSCA y si la perdiste RENUEVATE.
A mis congéneres no tengo que decirles nada. Detrás de cada gran mujer, está ella misma… (acompañada o no de un caballero)….
