
Al mirar la fotografía no pude evitar la nostalgia. Tenía 22 años y estaba recién llegada al país de las oportunidades. Esta, fue una de varias imágenes que me tomaron para obtener un puesto en una estación de televisión. El trabajo lo logré 6 años después cuando decidí mudarme desde San Diego en California hasta Miami, la capital del sol.
Me dieron risa mis cejas tupidas y el labial intenso. Balboa Park fue el escenario para que yo diera rienda suelta a mi imaginación. Mi amigo, Tom Kurtz, fotógrafo del San Diego Union Tribune me regaló la sesión.
“Just think in something that you really want”. ¡Yo quiero contar las historias de la gente!
Siempre he tenido amigos maravillosos que se animan a ayudarme en mi carrera. Maquillistas, estilistas, fotógrafos y colegas de aquí y de allá GRACIAS.
Al verme en la fotografía no pude evitar la tentación de felicitar a esa cara juvenil que parecía sonreírme desde lejos.
“Diana, Diana…no lo has hecho mal”.
En 1992 me aterraba la idea de fracasar profesionalmente o de que mi recién estrenado matrimonio se fuera a pique. Me daban pavor la maternidad y el transporte público.
30 años han pasado desde entonces. He tenido una larga y dinámica carrera, me divorcié y fui madre. Digamos que ya no le temo a nada…salvo al transporte público. Alguna vez he contado porqué.
Hoy le diría a esa muchacha de 22 años, “¡No dejes escapar la más mínima oportunidad de ser FELIZ aunque sea dos horas! Calma y paciencia. ¡VIAJA más, VIVE más, SUEÑA más! Porque todo, todo llega…¡Para el que sabe esperar!”
Y ustedes…¿que le dirían a su yo joven?
