
Esta tarde escuché a una mujer decirle a otras: “Soy una gordita feliz que me acepto como soy”.
La muchacha no estaba feliz, sino “obesa”. Tendría unos 25 años y unas 30 libras de más. La vi subir dos escalones literalmente bufando. La ropa apretada parecía marcar aún más sus rollitos alrededor del cuerpo.
Vamos a ser honestos. Nadie se siente bien cuando está pasado de peso. Ni por salud, estética o autoestima. El que diga lo contrario…miente.
Hombres y mujeres hemos pasado por dietas y rutinas de ejercicio 🏋️♀️ con tal de lucir medianamente en forma.
“Me acepto como soy” ¡ah que frase tan peligrosa!
Me parece que si bien no debemos caer en las exigencias sociales que nos grita estar flaquísimas, tampoco podemos descuidar nuestra salud en pro del “Soy una gordita divina”…porque no es verdad.
De pronto, hablar negativamente del peso o la báscula se volvió un pecado mortal. Vamos a tener tantita coherencia.
Aceptarnos como somos no significa que si estás gordo, flaco, con la nariz aguileña, los dientes chuecos o tienes acné en la cara te quedes como estás.
¡Por favor! se trata de aceptar que tenemos determinadas condiciones físicas que podemos mejorar en pro de nuestra imagen. El asunto puede llevarnos tiempo. Es solo cuestión de intentarlo.
La moda del “acepta tu cuerpo como es” puede provocarnos desde ataques cardíacos hasta la muerte.
El dinero no es excusa. Invertir en uno mismo es nuestra obligación…
Yo logré bajar 100 gramos…despacio…pasito a pasito…
Aún no hay comentarios, ¡añada su voz abajo!