

Esta mañana, Eme, la señora que trabaja en mi casa afirmaba “los hijos son una bendición” y yo le dije “NO. No lo son, no lo han sido y no lo serán”. La pobre me miró con cara de misericordia y casi casi le salieron subtítulos diciendo: “OMGGGGG”.
Pero como soy quien soy, le dije no, porque pertenezco al mísero grupo de personas que no romantizamos la maternidad, la partenidad, el amor, las relaciones de pareja y por supuesto, los hijos.
Jamás me tomé fotos con la panza al descubierto durante mis embarazos ni mucho menos pariendo (OJO: aplaudo a la que lo hace y no la critico). Yo estaba FEA, gorda y bofa…como en mi opinión lucen todas las embarazadas del planeta. Es normal y natural estar así. Tienes un bodoque adentro. Luego de parirlo, quedas igual por un buen tiempo hasta que, si bien te va, te medio compones y sigues caminando. Y es así. De eso se trata el asunto. Nada más.
Mis muy queridos amigos, los hijos son: LOS HIJOS, solo eso.
Se convierten en las personas más queridas por nuestro interior y se apoderan de nuestra alma y corazón 💓 de una forma avasalladora. Si, eso también es real.
Pero ser padre es simplemente parte del proceso de la vida. Como casarte o enviudar.
Detesto pensar que entonces los que no tienen hijos…carecen de bendiciones. ¿En serio?
¿Por qué no pensar en que cada cual viene al mundo con una tarea particular más allá de reproducirnos? ¿Por qué no abrazar al que decide no tener descendencia y decirle ¡Bravo!? Voto por un mundo donde el concepto de felicidad radique en ti, no en si quedaste embarazada o conseguiste casarte.
Creo, que al igual que todos los padres del planeta, los hijos son aquellos entes “maravillosos” que amamos, nutrimos, educamos, regañamos y enviamos al mundo con la esperanza de que puedan sobrevivir en él. Y nosotros hacer lo mismo.
Lloramos, sufrimos y pataleamos ante la sarta de imbecilidades que hacen. Igual que nuestros padres vivieron con nosotros. Los hijos son tan “defectuosos” como cada uno de nosotros. Si, reconozcamos con claridad que muchas veces nuestros hijos nos DECEPCIONAN. Si, así, en mayúsculas. Y también eso es NORMAL.
Amo las muchas virtudes de mis dos retoños y me vomito 🤮 en sus fallas. Si…soy de las que ve defectos de carácter en sus hijos. Defectos de comportamiento, equivocaciones y muchas linduras más. Igualito que sucede conmigo. No, no son ángeles enviados a la tierra por nuestro padre celestial. A veces, cuando nos jalamos los chongos digo…hijo de…tu reverenda madre…o sea, yo 🧐
Cada mañana me levanto diciendo: “Señor, llénalos de tu presencia y cuídalos. Permíteme verlos crecer fuertes y sanos y dame la dicha de morir antes que ellos”. Esa si es una dicha. Créanme.
Hagamos hijos fuertes y capaces; seamos nosotros como padres lo mismo…
Bendición…es ¡Comer sin engordar!
Con amor, a todos los padres e hijos del mundo 🌎

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