

¡Siiiiiii gracias a Cristo redentor! Los niños…crecen.
Hace unos momentos leía en esta misma red social algo que me inspiró a escribir estas letras…”el tiempo pasa rápido y su infancia no volverá”….NOOOO el tiempo no pasa rápido y que bueno que los años infantiles quedan atrás…muy atrás 😄😄😄😄
Soy, quizá, de los pocos seres que jamás idealicé la maternidad.
Me da una inmensa alegría ver a Diego con barba y un incipiente bigote y a Ángela salir volada para trabajar. Siiiiii que siiiiiiii.
AMO la vida juvenil de mis bodoques y el hecho de verlos grandes e independientes.
Ciertamente es maravillosa la libertad de movimiento. No extraño ni por medio segundo las preocupaciones sentidas cuando no tenía niñera y debía irme a trabajar o cuando debía llevarlos al médico y el jefe me llamaba constantemente preguntando donde andaba yo. Tampoco añoro esas correderas para reunirme con los maestros de Diego ni las caras largas que me ponían cuando llegaba tarde a recogerlos.
Pertenezco, orgullosamente además, al grupo de madres felices de tener vida propia sin tener culpa. ¡Por fin no siento CULPA de irme a una convención o largarme a tomar unos drinks con mis amigas! Ya no me siento mal de irme de viaje…sin que ellos vengan conmigo o de cenar en un restaurante elegante sin pensar en que comen mis adorados hijitos.
Por fin puedo abrazar mi profesión sin sentir que les hago falta. Ni a ellos, ni a nadie. Pensé que sería feo no hacerle falta a nadie…y no. No siento feo…me siento LIBERADA.
Ya no me siento mal de no llevarlos a Disneylandia en cada vacaciones o de no poder meterlos a los campamentos de verano por lo absurdamente caros que son. Que si, que me sentía mal por todo.
Recibo con amor, los helados de yogurt que mi hija me compra con el fruto de su trabajo y sonrío cuando la veo hacer quehaceres del hogar mientras yo hago otra actividad. Vuelo en el espacio sideral cuando observo a Diego cocinarse su bistec, después todo quemado y con mala pinta, comérselo como manjar de dioses…sin reclamarme a mi…lo feíto del almuerzo 😀😀😀😀 ¡Yupiiii!
“Niño chico, problema chico…niño grande problema grande” me dijeron alguna vez. ¡Falsooooooooooooo! El problema del niño chico si que es tu problema y grande…no chico…el del grande es de sus propias muy mal tomadas decisiones. De él, solo de él. Que no me los engañen ni me los mal aconsejen.
Disfruto por ahora los grandes problemas de mis hijos: Cómo bajar de peso para entrar a un campeonato o como no desfallecer porque te dijeron que no en Harvard.
No cambio por nada amaneceres como el de hoy con mi hija metida en mi cama hablando del esperpento trumpiano y las noticias del día. Además ahí mismo me enteré que se iba al doctor a buscar el papelito de vacunas para la universidad. No tuve que hacer nada para ayudarla. NADA. La vi salir, mientras yo cómodamente bajo las sábanas tomo mi café.
¡Que los niños se hacen grandes!
Bendito sea el señor 😘😘😘😘
Con amor profundo a mis hijos Diego y Ángela…y a todos aquellos padres que van por ahí…meciendo un bebecito…aguanten tranquilos…todo pasa ❤️❤️❤️❤️

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