


Anoche, tuve una conversación particular con mi hijo de 13 años que lleva días acicalándose de forma exagerada.
Me ha pedido desde cambio de guardarropa hasta consejos para no tener arrugas.
“Regálame de tus cremas” me dijo.
Animada y mientras íbamos a comprarle un hidratante facial le pregunté:
¿Tienes novia? ¿Te gusta alguien? ¿Le gustas a una chava? ¡Habla! ¡Cuéntamelo todo!
Con risa nerviosa dijo que no, salvo a la tercera pregunta.
“Tal vez sí”.
En ese segundo le hablé de condones, pastillas anticonceptivas y cuánto método para prevenir embarazos y enfermedades venéreas se me ocurrió. Por fin había llegado el momento, a solas con mi hijo para hablar del tema.
“¿Sabes cómo usar un condón?” Le dije sin pudor alguno.
“Ay mamáaaaaaaaaaaa, ¡¡¡hasta de sabores hay!!!” respondió riéndose a carcajadas al ver mi cara.
“¿Dónde quedó mi bebé?”…
Recordé de pronto mi propia adolescencia y lo nula de mi educación sexual. Aunque
en mi familia se hablaba con naturalidad del sexo, jamás me explicaron nada de condones o pastillas anticonceptivas. “Relaciones sexuales hasta que te cases” me ordenaron…y logré milagrosamente cumplir la encomienda. Pero no me interesa repetir el mensaje a mis hijos.
“Mira, ten para que practiques…como se coloca” le dije a mi niño mientras le daba un condón más viejo que el año del caldo.
“Es extra large” le espeté a forma de broma y nos reímos juntos.
“¿Tú sabes que tienen fecha de caducidad verdad mamá? ¡No inventes! ¡Es del siglo pasado!”
“Es para que practiques…no para que lo uses” le dije mientras miraba la fecha de caducidad. (Ploooop).
“Y tú ¿porqué tienes condones mother?”
Entonces, la de la risa nerviosa fui yo.
“Por cualquier…¡emergencia!” “Es parte de un kit contra huracanes”
Mi hijo se estaba riendo a carcajadas. De pronto me abrazó y me dijo:
“¡Uyyyy cómprate unos más modernos! ¡Estos no brillan en la obscuridad!”
Jejeje. Nada, que ni en mi sueño más remoto pensé en verme regalando condoncitos….
PD: Esta es una vieja fotografía, mi favorita con mi “bebé”…
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